Crónicas de una escena del crimen
Jeffrey Dahmer
Jeffrey Dahmer, el llamado "monstruo de Milwaukee"
Poco a poco fue madurando su gran fantasía en la que disponía de un amante sumiso. Consciente de que no podría lograr esto de forma consensuada, y ampliando su fantasía, se propuso captar a un hombre para llevarlo a su casa, drogarlo, matarlo, tener relaciones sexuales con el cadáver y comer partes del mismo.
Nació en 1960 como parte de una familia de clase media tradicional de Wisconsin, pero se dice que rápidamente comenzó a mostrar una extraña fascinación con todo lo que tenía que ver con la muerte, coleccionaba los cadáveres de pequeños animales que encontraba cerca de su casa.
En la secundaria, Dahmer era algo extraño e inadaptado y, según los reportes, solía romper las reglas, molestar a sus compañeros, además de comportarse de forma alarmante. No era todavía un asesino, pero estaba claro que algo andaba mal con él.
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Asesinatos
El primer asesinato lo cometió con 18 años, cuando se quedó solo en la casa familiar durante semanas. Recogió a un autoestopista, Steven Hicks, al que llevó a casa. Allí bebieron y consumieron sustancias, pero cuando Steven quiso abandonar la casa, Jeffrey lo impidió asestándole golpes con una barra de hacer pesas. Al día siguiente despedazó su cuerpo y se deshizo de él.
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Ocho años más tarde, cometería su segundo asesinato en la habitación de un hotel. Había conocido a Steven Toumi en un bar de la zona, y después de echarle somníferos en la bebida para dejarlo inconsciente, Jeffrey se encontró con el cadáver de Steven a la mañana siguiente. En este caso siempre afirmó no recordar lo que había sucedido esa noche. A continuación, deshuesó el cadáver y conservó el cráneo como recuerdo.
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Los siguientes serían: dos en 1988, uno en 1989, cuatro en 1990 y ocho en 1991, hasta que fue detenido. Solía guardar objetos y partes de los cuerpos de sus víctimas, para masturbarse mientras rememoraba los asesinatos.
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En una ocasión, los vecinos de Dahmer llamaron a la policía para reportar que habían visto a un adolescente desnudo y ensangrentado salir corriendo de su casa, pero el asesino les contó que era su novio, así que decidieron no seguir investigando, por lo que no fue detenido ni acusado. Finalmente, Konerak de 14 años quedó a manos de Dahmer, quien lo estranguló minutos después.
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En julio de 1991, Tracy Edwards quien había sido esposado por Jeffrey, consiguió escapar de su apartamento y paró a una patrulla de policía en las inmediaciones. Cuando procedieron a registrar el apartamento, no sabían la magnitud del descubrimiento.
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Descubrieron fotografías de evisceraciones y restos humanos de once personas. Jeffrey escondía cabezas en el frigorífico, órganos en el congelador, calaveras en los armarios, sangre por las paredes y un bidón de 215 libros con ácido y tres torsos humanos en descomposición.
Jeffrey se declaró culpable de los diecisiete asesinatos, las pruebas contra él eran indefendibles. La cuestión que más se planteó durante el juicio era si Jeffrey sufría algún tipo de trastorno mental o no. La defensa no lo tenía fácil, pues Jeffrey había dado suficientes muestras de saber perfectamente lo que hacía, así como de las implicaciones legales o morales de sus actos.
El final de Dahmer
Jeffrey Dahmer solo cumplió 2 años de la larga condena que le fue otorgada por el juez, pero no porque le permitieran salir por buena conducta o por haber escapado, sino porque fue asesinado en la Correccional de Columbia.
Dahmer murió en 1994, después de que Christopher Scarver cruzara por su camino.